Les reproduzco mas abajo un artículo publicado hoy 14 de febrero 2016 en EL PAÍS, en este se demuestra
lo mucho que ha evolucionado la economía en estos últimos cinco años.
Pero en los últimos
40 años la economía se transformado de arriba abajo, la fuerza del trabajo cada
vez tiene menos peso en la clásica ecuación económica de CAPITAL MATERIAS
PRIMAS Y FUERZA DE TRABAJO transforman los bienes que luego serán vendidos o
intercambiados y cada parte participante en el proceso, reclamara su parte de
los beneficios. Cada lustro la fuerza de trabajo cada vez tiene menos peso en
esta ecuación, cada vez es menos necesaria, ya que está siendo sustituida a
toda velocidad por los bienes de capital (mecanización) los Robot ocupan cada
vez más parcela de trabajo, los robot no son los clásicos de las películas de
Ciencia Ficción, no son el Yo Robot de Isaac Asimov, esta nueva fuerza laboral
no tiene forma, ni una corporeidad definida, es un ente intangible que es capaz
de mover la información y los conocimientos de un lugar a otro del planeta a la
velocidad de la luz.
Hasta hace poco menos
de 10 años la ciudadanía en general, la sociedad, tenía asegurado el estado social del bienestar ya que esta
montado sobre los pilares del reparto de estos beneficios que hablamos al
principio, mediante los sueldos de la fuerza laboral, las cotizaciones sociales
de esos mismos trabajadores y los impuestos que obligan en principio a todos
capitalistas y trabajadores.
Pero cada vez son
menos los trabajadores, la fuerza laboral humana está siendo desplazada desde
1960 por la informática primero y por la digitalización masiva de todos los
procesos en los que interviene el ser humano. Con lo que cada vez son menos
necesario los humanos y cada vez los beneficios de las grandes corporaciones
son cada año, más voluminosos.
A modo de ejemplo,
valga mi experiencia personal en un gran grupo industrial español, en treinta y
cinco años de continua implementación y mejoras de los procesos digitales, se
ha pasado a producir diez veces más, con diez veces menso de plantilla (fuerza
laboral), de modo que las cotizaciones sociales y los sueldos han pasado a
aportar diez veces menos en estos treinta y cinco años.
Pero lean el artículo
de Moisés Náim
El mundo en números
Moisés Naím Sigamos
la conversación en Twitter: @moisesnaim
'El País' - 2016-02-14
Especificar
la secuencia de un genoma costaba 47.000 dólares en 2010. Hoy se hace
por menos de 1.300
El mundo está
cambiando a tal velocidad que nos es difícil procesar, interpretar y digerir la
magnitud de esas transformaciones, y más aún, anticipar sus consecuencias.
Un informe del
banco Goldman Sachs ofrece una arbitraria pero reveladora muestra cuantitativa
de los cambios que ocurrieron entre 2010 y 2015.
En ese periodo,
la oferta mundial de petróleo aumentó un 11% y su precio cayó un 60%. El precio
del hierro bajó todavía más, 77%, y el de la comida, 30%. ¿Qué precios
aumentaron? Entre otros, los del cacao (+11%) y el litio (+27%). Estas subidas
son impulsadas por la demanda de una nueva y más numerosa clase media que come
más chocolate y compra más teléfonos móviles con baterías de litio. Los
usuarios de estos teléfonos pasaron de un 19% de la población mundial a un
enorme 75%, y su precio cayó un 58%. Casi toda la humanidad tendrá pronto
acceso a la telefonía móvil, contribuyendo así a la ya muy veloz digitalización
de la vida cotidiana.
En 2010, Facebook
tenía 600 millones de usuarios activos al mes. Hoy, 1.600 millones de personas
lo utilizan mensualmente. YouTube recibía 24 horas de vídeos cada minuto,
mientras que el año pasado recibió 400 horas al minuto. En eBay se vendían seis
trajes por minuto en 2010 y ahora se venden 90, en tanto que el número de
viajeros que se alojaron en habitaciones y casas ofrecidas a través de Airbnb
saltó de 47.000 a 17 millones. Los artículos disponibles en Wikipedia
aumentaron en 20 millones (de 17 a 37).
En esos cinco
años también asistimos a una revolución energética. No sólo se desplomó el
precio del petróleo y EE UU superó a Arabia Saudí y a Rusia como productor de
crudo. El precio de una bombilla LED cayó un 78%, el de una batería de LiIon un
60% y el costo de la energía solar un 37%. La eficiencia en el uso de
combustible de un camión Ford (F150) aumentó en 29%. En 2010, la compañía más
valiosa del mundo era Petrochina. En 2015 fue Apple.
También
ocurrieron profundos cambios en el mundo del trabajo. Los salarios siguieron
estancados en los países más avanzados, mientras que en China aumentaron en un
54%. Muchos piensan que el desempleo y los bajos salarios se deben a la
automatización y a que los robots están desplazando a los trabajadores. En
efecto, en EE UU, el número de robots industriales vendidos en los últimos
cinco años creció un 89%, pero el número total en uso es aún muy bajo y el
impacto sobre el empleo no es significativo. Pero lo será.
Y esta
preocupación por empleos e ingresos lleva a señalar otros cambios importantes
que ocurrieron en el pasado quinquenio. La desigualdad económica siempre ha
existido, pero en los últimos cinco años adquirió una enorme visibilidad. Entre
otras cosas porque, si bien a nivel mundial ha disminuido, en los países más
avanzados se ha agudizado, convirtiéndose en un tema central del debate
nacional en todas partes, lo cual es bueno. El peligro, por supuesto, es que
este problema en manos de demagogos suele llevar a la adopción de políticas
que, en vez de reducir las inequidades, las aumentan. Pero, sin duda, el asunto
requiere de urgente y eficaz atención.
Otro trabajo
recién publicado también arroja interesantes luces sobre las grandes
transformaciones en curso. Se trata del Informe Anual de Riesgos Globales, que
edita desde hace una década el Foro Económico Mundial. Este informe se basa en
las percepciones de 750 reconocidos expertos de diferentes ámbitos y países
sobre los principales riesgos que enfrenta el mundo. Durante varios años, la
crisis económica ocupó el primer lugar de las preocupaciones. Ya no. En la
edición de 2016, el cambio climático (que en los últimos tres años estuvo entre
los cinco mayores riesgos) emerge como el peligro más grave y de mayor impacto.
Le siguen la proliferación de armas de destrucción masiva, los conflictos por
la escasez de agua y los movimientos migratorios involuntarios. Señala el
informe que hoy ya hay 60 millones de desplazados (de formar un país, los
refugiados serían el 24º más poblado del planeta). El informe también le da mucha
importancia a la cibercriminalidad, que ya provoca 445.000 millones de dólares
de pérdidas anuales y crece a gran velocidad.
Pero quizás,
junto con el calentamiento global, el cambio más importante de los últimos años
es el aumento de nuestra capacidad para alterar la biología. En 2010,
especificar la secuencia de un genoma costaba 47.000 dólares. Cinco años más
tarde, se hace por 1.300 dólares. Y el precio sigue bajando.
¿Es éste un
riesgo o una oportunidad?
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